“Soy hija de librero y me encantan los libros, cuando me dijo Aida que tenía que escoger unos cuantos para compartir con vosotros no sabía cuál escoger, pues soy de las que tiene las torres de libros apiladas en cualquier parte: al lado de la cama, en la mesa del salón, en la mesa del despacho. Me gustan, me acompañan, me encanta tocarlos, olerlos.”
«Poemas escogidos» de Pedro Salinas.
«Mujeres que corren con lobos» de Clarissa Pinkola Estés.
«Ascenso y descenso de la montaña sagrada» y «Cosas que vengo diciendo» de Claudio Naranjo.
«La música de la memoria» de Xavier Güell.